LA BÚSQUEDA DE LO SALVAJE
LA EXPERIENCIA DE MORGAN BOURC’HIStudor watches placeholder

LA EXPERIENCIA DE MORGAN BOURC’HIS

«Antes de empezar este proyecto no tenía ningún tipo de experiencia en rodajes de larga duración, ya que solo había hecho reportajes y anuncios. No obstante, la temática en sí era algo que me daba mucha seguridad. Partir durante un mes para explorar nuestra relación con la naturaleza salvaje junto a los grandes cetáceos del norte de Europa, para entender la relación que la gente de la zona tiene con ella, sus historias y representaciones. Todo ello suponía algo por lo que me interesé al instante. Tanto las semanas que pasamos explorando la zona como la de rodaje constituyeron un reto tan complejo como fascinante.

Dejando de lado mi condición actual de buceador libre y competidor a nivel mundial, el mar es, para mí, un lugar fascinante al que dedico tiempo todos los días; su existencia es fundamental y sumergirme en él, una necesidad. Nunca había tenido la oportunidad de pasar tiempo con las grandes criaturas marinas que habitan nuestro planeta. Esos seres vivos están ahí, pero se esconden en lo más profundo de los océanos y ya no son tan numerosos como antaño. Quiero conocerlos. En los fiordos situados al norte de Noruega, estas criaturas forman parte de la vida cotidiana de las comunidades costeras.

Nuestra primera estancia, en enero de 2019, me resultó difícil. Llegué allí debilitado por una enfermedad y mi vida privada era un caos. No contábamos con un experto local, por lo que nos las tuvimos que arreglar solos y sobrevivir en un entorno que me resultaba muy ajeno. Las condiciones climatológicas eran duras y mi equipo no era el adecuado. Una empresa turística se encargaba de nuestras salidas al mar. Todo salió bien, pero las inmersiones eran cortas y prácticamente no tuvimos contacto con los animales. Sin embargo, sí pudimos vivir algunas experiencias maravillosas, y este viaje se convirtió en una parte esencial de la estructura del documental.

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En este viaje adquirimos una gran cantidad de conocimientos sobre la relación entre algunos seres humanos y la naturaleza salvaje: dos pescadores, uno anciano y otro joven; un equipo encargado del control de la población de peces; un científico hijo de un cazador de ballenas; un «chamán» y un antropólogo, así como un grupo de turistas entusiasmados que habían venido, como nosotros, a conocer a los grandes cetáceos.

El hecho de pasar un tiempo en un lugar remoto, pese a que este ofreciera todas las comodidades propias del mundo moderno, nos hizo reflexionar acerca de nuestra relación con el tiempo y la civilización humana. Nos encontrábamos en una zona de cultura occidental, pero en zonas muy remotas. Allí, todos y cada uno de los elementos logísticos propios del día a día tenían que organizarse con antelación, ya fuesen provisiones, transporte o energía y, sin embargo, nada de eso supuso un problema. Simplemente, la relación con el tiempo allí es ligeramente distinta. El lugar «súperurbanizado» en el que vivo está mucho más desconectado de su entorno y el lugar en el que nos encontramos es mucho más monótono y organizado. Ya no es realmente salvaje o indómito.

En conclusión, La Quête du Sauvage constituye, en mi opinión, una aventura humana y técnica en colaboración con la naturaleza y sujeta a los deseos de esta».

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